Mi clase de literatura
Unos días antes del primer
día decidí ir a Beasain para saber dónde estaba exactamente esta
ikastola y evitar dramas el primer día. Cuando llegué a la
dirección exacta estaba un poco desconcertada: el edificio no es
precisamente como un colegio o un instituto enorme, digamos que está
dividido por una plaza. Más o menos. Esto me confundió un poco,
estaba acostumbrada a institutos como al que fui, grandes, de
ladrillo, con ventanas cuadradas, edificios soviéticos vaya. Me
encontré de frente con un edificio de piedra -que sigue la misma
estética de las casas de alrededor- con una puerta grande y pintada
de colores llamativos. Ahí distinguí un cartel donde ponía “Haur
Hezkuntza”. Pero yo buscaba la secundaria, en el correo que recibí
me hablaba de una puerta principal y ahí nada parecía una puerta
principal ¡ni si quiera parecía un colegio! Así que seguí dando
vueltas y de repente la plaza se llenó de un montón de niños. Ví
que había dos chicas cuidando de ellos y les pregunté, me dijeron
que la secundaria se encontraba en los pisos de abajo, en los
pórticos. Bajé las escaleras ví una puerta que puede parecer el
acceso a unas clases o algo, me asomé pero estaba todo apagado. No
entendía nada. Estuve merodeando un poco por la zona pero todo me
parecía lo mismo así que me fui. Más nerviosa de lo que ya estaba.
Lunes. Salgo de casa mil horas
antes. Encuentro aparcamiento a la primera. Un poco lejos pero no
quiero de enredarme por Beasain y su ridículo gusto por las zonas
azules y la dirección única. Me acerco a la puerta que vi el pasado
viernes y había unos cuantos chavales apiñados en la puerta. He
mirado un poco por al rededores, a ver si había alguien que pudiera
ser profesor pero nada. Creo que han notado mi ligera desesperación
(en serio, ese colegio está muy mal señalizado) y me han dicho que
si busco a algún profesor pegue en la ventana que había justo
encima de mí, que así es como se hace. Cuando estaba apunto de
hacerlo a aparecido la que se presentó como la orientadora. Ha sido
de lo más amable , me ha llevado a la sala de profesores. Al rato ha
aparecido mi tutora que me estaba esperando en la puerta principal
(la que por cierto, sigo sin saber cuál es). Se ha reído y me ha
dicho que pasa mucho a la gente nueva (y digo yo, si pasa tanto
¡¡¡porqué no lo hacés más visible!!!).
Hemos
entrado a la clase de tercero de DBH. Se me ha hecho muy raro que las
puertas sean de madera. Estaba acostumbrada a mis clases de
secundaria o a las del insti, donde entraba mucha luz. Tampoco hay
nada pegado en las paredes. La clase era pequeñita, 13 alumnos en
total. Cuando hemos entrado mi tutora ha pedido silencio un par de
veces y me ha presentado. Bueno, simplemente ha dicho que estoy de
prácticas y ha dejado que me presente yo misma (todo un detalle). He
sido breve, también les he hecho saber que si tienen alguna pregunta
en relación a lo que estoy estudiando o he estudiado estaré
encantada de responderles. Una vez hecho esto ha empezado la clase.
Se han divido en grupos que ha hecho la profesora (y me he dado
cuenta de que no los ha hecho al azar) para
discutir sobre el fragmento “Condiciones que ha de tener una mujer
para ser bella” de “El libro del Buen Amor “ (Arcipreste de
Hita). En sí la idea era utilizar el proyector que hay en clase
para poder poner el fragmento en la pantalla y que lo pudieran leer.
Sin embargo, el proyector no funcionaba así que Eider ha decidido
leerlo ella en alto. Ha sido divertido porque algunos más que
escuchar se dedicaban a copiarlo aún y sabiendo que no les iba a dar
tiempo de pillarlo todo, pero bueno, creo que se han quedado con la
idea general. En los grupos ha habido un poco de todo: algunos ha
sabido sacar provecho de la actividad, en otro grupo ha habido quien
se ha enfadado, y en otro creo que ni han entendido lo que tenían
que hacer. De todo esto te das cuenta mientras paseas alrededor de
los grupos y escuchas lo que comentan, ves cómo trabajan. También
me he dado cuenta de que había una alumna en primera fila haciendo
otros ejercicios. Mi tutora me ha explicado que padece el Síndrome
de X Frágil y
por tanto a ella se le facilita otro tipo de tareas.
Antes de acabar la clase
tocaba poner una puesta en común y podría decir que más o menos ha
podido ser un éxito. Muchos estaban de acuerdo en varios temas y me
han sorprendido gratamente durante sus tertulias, saber que tienen ya
ciertas nociones sobre problemas tan graves como el machismo y ese
largo y rancio etc. ha sido asombroso. A pesar de ser todo hablado
también había una parte escrita que han tenido que entregar. Es
más, al finalizar esa clase me ha dejado los ejercicios para poder
ojearlos. Conclusión: no tienen ni idea de ortografía.
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